25/11/09


ahi andaremos los quedishu
con el puesto de fanzines, fotos, libros, remeras, caramelos
masitas finas, revistas, el trapo de salva, mate, mática,
comic, lo ke quieras.

13/11/09

Conversando con el Dr. Abatah

“No, it is small World”
Dr Abatah

Cierro los ojos. Escribo en el teclado lo que me sale. Gh8rstjgpoafdskg. Hago copy paste en el buscador. Nada…Una constante en mi vida y en mi entorno Q: generar palabras inconexas en su formación, a las cuales se le otorga algún sentido vaya a saber uno porqué y el que no puede ser explicado con colegas suyas, sino solo por la mera interpretación que se va adquiriendo participando en el contexto.

El problema se suscita cuando esas palabras que si bien se pueden pronunciar y pensamos que carecen de sentido para el resto, en realidad existe y tienen un significado que jamás hubiéramos pensado.”La verdad es que no se exactamente de donde salió la palabra, siempre arrojamos fruta, pero vaya a saber por qué A batah venció al tiempo” explicó “X”, uno de sus impulsores al ser consultado.

La utilización de la palabra fue en incremento y deslizándose hacia diferentes entornos. Fue en uno de esos que surgió juntarme a tocar algunos temas de punk. ¿Adivinen cómo le pusimos a la banda? Por supuesto A batah! Dos ensayos en un año es una linda manera de graficar la seriedad del proyecto.

Entre un Batah de acá, un abatah! de allá, un día se me ocurrió “googlear” la extraña palabra. Un tsunami de sensaciones experimenté al encontrar: una aldea de Siberia, una ciudad de Kuwait, un popular cantante “Nasheed Abatah”. Pero solamente uno se llevó todos los galardones “El Dr Abatah”. Sí, Dr. en criminología en la Universidad de Mutah, en Jordania. Abatah tenía la llave que quizás me mostrara el camino hacia la verdad, su mail. Agregado a los contactos del chat de Bill, pasaban los días esperándolo en la falsa aldea global y nada. Pero ya el titulo del artículo me delata, así que no doy mas vueltas. Hablé con abatah! Si hablé con la palabra inconexa sin significado a priori y por la cual usted estará pensado ¿Tanto quilombo por eso? “Es un mundo pequeño” exclamó al tratar de entender qué hacia hablando con un pibe de América del Sur y el cual había utilizado su nombre para una banda de punk.

No encontré la verdad con él, pero la moraleja es que más allá de buscar respuestas acerca de si inventamos las palabras o si los significados están por afuera y taladrar mi cabeza con diversas teorías, lo importante es que estas pequeñas idioteces nos brindan un momento único, que solamente puede ser entendido por quienes alguna vez se les dio por seguir este procedimiento. Es recomendable señores.

Anexo: antes de terminar esta nota se me dio por buscar el nombre de la revista que va a publicar esto. Solamente encontré una referencia que no sea de la publicación con las características anteriormente mencionadas. El párrafo me dio miedo “Wenedye saxe 3 eo aaduo hite sareti josoa oresu eeta the. Kooplech kigr. Tetaosezhui wetu 12. Hefanosina chidepho. Quedishu esoll dolu qu cha Kiquedosawi lag.” Y agradezcan que no hay espacio para poner el dibujo diabólico que acompaña al texto.
Dieggae, en Quedishu? 5
Agradecimiento a Java por mandar cualquiera y ser el verdadero héroe de esta epopeya de la anécdota al poder.

8/11/09

A vergonha do carlinhos

A pesar de generar trascendental irritación, es bueno tomarse unos segundos para esgrimir ciertas conclusiones que se desprenden de la propaganda de AFIP, también conocida como “la del boludo que dice tudu bom, tudu legal”.
Al margen de nombrar a un hipotético empleado como “tito”, al margen de personificar obreros como personas morochas, con rostros bastante jodidos (incluido serios problemas de ortodoncia), al margen de tomar a la ligera que desde hace seis años nuestro querido “tito” se encuentra sin obra social, aportes jubilatorios, vacaciones, seguro de desempleo, salario familiar, etc.
Al margen de lo chupamedias que queda el empleado que grita “bieeen don carlos”, al margen de que es obvio que don Carlos (como otros tantos empleadores), sumido en su crisis de 2003, probablemente hubiera hecho lock-out patronal y al carajo tito y compañía, al margen de etcétera. La idea de incentivar el blanqueo de personal puede ser leída al revés, interpretando que para “salvar el boliche” (1) la mejor manera es negrear a los empleados, una antiquísima manera de acrecentar las ganancias a expensas de salarios bajos, incremento de horas e intensidad del trabajo y evasión fiscal (o por medio de políticas flexibles y permeables para el oligarca), demostrando que si algo puede funcionar tanto tiempo fuera de las leyes que el Estado debe vigilar es por la sencilla razón que el poder se concentra en manos de los poseedores de los medios de producción, profundamente vinculados al Estado, al cual dominan imponiendo las reglas del juego, en pos de repartir de alguna manera impúdica las ganancias.
En sí, la humanización del patrón, muestra un guiño cómplice. Una ejemplificación berreta de éste hace todo políticamente correcto, sin cuestionamientos a los medios por los cuales acrecienta su capital y sin poner en cuestión el por qué de su fuerza política (influencias económicas).
Ahora bien, qué hacemos con la contradicción de un Estado que se la pasa evadiendo los costos de las cargas sociales y previsionales empleando personal contratado? La contratación irregular en el ámbito estatal es más conocida que la mugre, contratos ilícitos, no regidos por la ley de empleo público, que dejan entrever un tufo de proyecto privatizador de otro “don Carlos”, allá por los noventa. Aparte, no se podría entrever que los fondos recaudados por el blanqueo serían utilizados para otros fines? Campañas electorales como opción al estilo “asociación libre”… además de su uso en planes y ayuda comunitaria, aunque siguiendo esta tendencia de asociar es difícil que no se imponga la palabra “clientelismo”.
Bueno, cómo sea, la publicidad que será recordada por la odiosa frase en portuñol también puede servir como disparador para pensar por qué las cosas que nos rodean nos rodean de una manera tan jodida, porque como diría luisito Majul “No confíes en todo lo que te dice la radio, la tele, los diarios ni las revistas. El leer entrelíneas, el espíritu crítico es lo que te va a salvar” (2).
Claramente, la Quedishu? es un material del que todos y cada uno debería desconfiar, por su propia integridad, así sería más fácil expresar la fraternal y concluyente frase de don Carlos: “estamos contentos”.
(1): Qué bronca “salvar el boliche”.
(2): La utilización de esta frase es ostensiblemente irónica.
Por Ale, publicado en Quedishu? número 7