30/11/08

Absolvieron a Fernando Grenno
26 de Noviembre del 2008

El Tribunal Oral en lo Criminal N° 18 absolvió al estudiante de ciencias políticas Fernando Grenno, enjuiciado por el cargo de “daño agravado” al pintar con aerosol en una pared en reclamo de la aparición de Julio López, luego de que el fiscal del juicio Guillermo de La Fuente, no hizo acusación durante sus alegatos.
Debido al tecnicismo legal, los jueces del Tribunal Cristina Camiña, Estela Cárcamo y Alejandro Nocetti Achával quedaron obligados a absolver al joven, tal como marca la ley cuando el representante del Ministerio Público no pide penas.

Durante toda la mañana y hasta la absolución de Grenno, cientos de militantes de organizaciones de derechos humanos, y agrupaciones de diferentes vertientes, entre las que se cuentan el PO, el MST, La Mella, y la agrupación Plan B (en la que milita Grenno), se apostaron en frente de las puertas del Tribunal reclamando y esperando la sentencia. También se encontraban Adriana Calvo de la Asociación Ex Detenidos-Desaparecidos y Abuelas de Plaza de Mayo.

A su salida, y recibido por los concurrentes en plena calle, Grenno agradeció al movimiento estudiantil que acompaño, y lo consideró una victoria para los estudiantes y las organizaciones sociales y de derechos humanos que acompañaron. Agregó que “hoy ganamos el primer round por que ningún estudiante esté preso, esté procesado, y menos aún por pedir la aparición con vida de Julio López, desaparecido en etapa democrática por cuestiones políticas, por aquellos represores del ´70″ También agradeció el apoyo brindado por las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, a Justicia Ya!, y a diputados y senadores que mostraron su apoyo.

Por su parte, la abogada de Grenno, María del Carmen Verdú, consideró el veredicto un doble triunfo, no solo porque se absolvió a Grenno, sino también por quienes tuvieron que firmarla, “porque no es cualquier tribunal el que absolvió a Fernando Grenno, obligado por un tecnicismo. Es el mismo tribunal que hace pocos meses absolvió a Justo José Luquet, policía que mató por la espalda en el barrio de Villa Lugano a Marcelo Báez, de 16 años, que a pesar del tiro en la espalda, de las pericias, de las declaraciones del propio policía que acompañaba a Luquet, lo absolvió por la “duda razonable” de que podría haber estado actuando en defensa propia”. También recordó que la jueza Camiña es la misma que en 1992, firmó el sobreseimiento del comisario Miguel Ángel Espósito en la causa Walter Bulacio (detenido en abril de 1991 a la salida de un recital de Los Redonditos de Ricota, y muerto por golpes sufridos en la comisaría)”.

20/11/08

PODRÁN CORTAR TODAS LAS FLORES

PERO NUNCA DETENDRÁN LA PRIMAVERA

Como es de público conocimiento, el 1 de mayo de 2007, un grupo de estudiantes integrantes de la Corriente Universitaria Plan B decidimos hacer una serie de actividades de difusión y propaganda política entre las que se incluía el reclamo por la aparición con vida de Jorge Julio López.

Algunos de nosotros fuimos abordados por personal de la Policía Federal, siendo detenido nuestro compañero Fernando Grenno -estudiante de Ciencia Política de la UBA- quien estuvo privado de su libertad durante 10 horas para luego ser liberado bajo procesamiento judicial. ¿El motivo? La presunta realización de una pintada reclamando la aparición con vida de Julio López.

A más de dos años de la desaparición de López, el único imputado en la causa es nuestro compañero Fer, con una posible sentencia de hasta 4 años de prisión.

Además, la Presidenta a cargo del Tribunal que lleva adelante el caso de Fernando, la Dra. Cristina Camiña, cuenta con una nefasta trayectoria al servicio de la impunidad, siendo quien firmó en el año 1992 el sobreseimiento del comisario Miguel Angel Espósito, implicado en la detención, tortura y asesinato de Walter Bulacio; así como también quien absolvió al policía Justo José Luquet, perpetrador de un reciente caso de Gatillo Fácil.

El juicio se llevará a cabo este MIERCOLES 26/11 A LAS 9.30HS

Convocamos a todas y todos los estudiantes, organizaciones políticas, sociales, de DD. HH., agrupaciones universitarias, docentes, investigadores y a la comunidad universitaria en su totalidad a concentrarnos ese día a las 9 de la mañana en Lavalle 1171 (Tribunal Nacional en lo criminal Nº 18), para exigir la absolución de Fer Grenno.

ABSOLUCION DE FERNANDO GRENNO

APARICIÓN CON VIDA DE JULIO LOPEZ

NO A LA JUDICIALIZACIÓN DE LA PROTESTA SOCIAL

Corriente Universitaria

PLAN B

TODOS A TRIBUNALES

13/11/08

FÁBRICAS DE FALLAS

1er Festival de Cultura Libre y Copyleft

15 Y 16 DE NOVIEMBRE DE 14 A 21 HS

LA TRIBU – LAMBARÉ 873 - ENTRADA LIBRE Y GRATUITA



+ información sobre programación y demases
ººcultura libreºº
ººfm la tribuºº
ººcopyleftºº
ººel asuntoºº

4/11/08

El cumpleaños de Dana Pinsky

El día que Dana Pinsky cumplió ocho años el sol daba en las ventanas altas de uno de los edificios laterales del patio grande, donde formábamos para cantar el himno. Hacía frío y ella entró saltando de la mano de Ariel, su hermano varón. Tenía el pelo mojado y ya se había puesto el guardapolvo blanco. Detrás de ellos venía la señora que los cuidaba con una mochila rosa y otra azul. Ariel era morocho y Dana era blanca. Eran los únicos hijos adoptados del schule, y se decía que no eran judíos. La madre de Dana quedó embarazada por primera vez cuando ella cumplió ocho años. Ariel se fue con los de su grado y Dana vino con nosotras. Hicimos una ronda alrededor de ella y le miramos las zapatillas, eran nuevas y tenían cordones fluorescentes, su papá se la había traído de Estados Unidos. Cuando entramos al aula Dana sacó de su mochila una bolsa de residuos vacía y la puso debajo del banco. En el recreo le dimos los regalos. Dana sacó la bolsa negra, la sacudió en el aire y guardó sus juguetes nuevos. La bolsa llena tenía nuestra estatura.
Cuando terminó el turno de la tarde fuimos a su casa, vivía en una de tres pisos sobre la calle Quito. En el último había una sala de juegos, pero el cumpleaños lo festejaron en el garaje de la planta baja. Los padres sacaron sus autos a la calle y colgaron guirnaldas y una piñata en medio del salón. Habían contratado a un payaso que nos hizo sentar en ronda en el suelo. Empezó la música y el padre de Dana pasó al centro de la ronda. Alzó las manos y movió la cadera a uno y otro lado al ritmo del estribillo de una canción sionista, que decía: Beiesh lanu bait, beiesh lanu gan, be eretz Israel. (Tenemos una casa y tenemos un jardín en la tierra de Israel) A Dana la habían mandado a cambiarse. Entró al salón con un vestido nuevo y se quedó parada a unos metros de la ronda mirando a su papá que se había puesto la nariz colorada del payaso. Cuando terminó la canción el papá la alzó a upa, la llevó al centro de la ronda y la hizo dar vueltas en el aire. Nosotros aplaudimos hasta que ella pidió a gritos que la bajara.
Soplamos las velitas y comimos la torta. Vinieron a buscar a mis compañeros. Dana y yo nos echamos en las sillas que había a lo largo del salón. El casete había vuelto a empezar por tercera o cuarta vez, la mesa estaba vacía y algunos vasos de plástico tenían gaseosa hasta la mitad. Dana levantó los pies y se miró las zapatillas, se empezó a reír y yo con ella.
Me quedé a dormir en casa de Los Pinsky porque mamá no me podía ir a buscar. Subimos descalzas al primer piso, para no marcar las alfombras. La pieza de Dana tenía un espejo ovalado sobre un mueble de laca rosa y la cama llena de osos de peluche. Nos acostamos con la puerta de la pieza abierta. Al ratito escuché la respiración suave y pausada de Dana. Me acomodé de costado en la cama, que me habían preparado en el piso. Desde allí veía los pelos de la alfombra al ras y el pacillo de paredes empapeladas en la penumbra. Los padres de Dana pasaron frente a la puerta y encendieron la luz del baño. Ella tenía un camisón de tela liviana, que se tensaba en la panza y se transparentaban a la altura de los pezones. El padre se había quitado la camisa. Ella entró al baño y él apoyó uno de los brazos en el marco de la puerta. Tenían las caras iluminadas por la luz del botiquín del baño y las espaldas a oscuras. Hablaban en voz baja. La madre empezó a cepillarse el pelo. El padre se desabrochó el pantalón y entró al baño. Unos segundos después escuché el ruido de la cadena y él apareció de vuelta en el rectángulo de la puerta, en calzoncillos. Así desnudo me pareció distinto, tenía las piernas llenas de pelos y medias tres cuartos con rallas finitas. Se pegó al cuerpo de la madre y le dijo algo al oído, ella lo apartó con la mano. El padre salió del baño y la madre cerró la puerta. Después de unos minutos ella también salió. Apagó la luz y subió las escaleras. Me dieron ganas de hacer pis, pero me aguanté, para no cruzarme con nadie en el pasillo.

Florencia Cosin