14/12/12

Pasión de Pequeños y Gigantes


Sabemos que el fútbol mueve multitudes, muchedumbres o dos gatos locos. También sabemos que la anécdota y el fútbol siempre se llevaron demasiado bien. No es casual que Maradona sea el ícono máximo de este deporte. No todo es talento, está claro. No podemos afirmar que Pequeños Gigantes sea un simple libro de anécdotas, sin embargo, la esencia de las 50 historias que se desarrollan en él, hacen que quién se siente- mate en mano- a leerlo, esté a gusto con los conceptos de anécdota, de mandada de cualquiera y con lo (in)verosímil. 

Pequeños Gigantes es una publicación de BSM Libros, bastión gráfico de Bola sin Manija, un programa de radio-site-twitter-facebook de deportes, creado -en parte- por las leyendas urbanas del funzine de humor UPMA*. Con prólogo de Miguel Simón –lo cual marketineramente hablando es importante- el slogan que predican en su tapa reza “50 historias de fútbol que merecen ser leídas”. Tienen razón. 

El mejor logro del libro es tener un estilo claro a través de las distintas narraciones, cosa muy difícil si se tiene en cuenta que son 10 los autores. Al avanzar las historias uno puede encontrarse a gusto con la utilización de la exageración, de la metáfora, de agregados fantásticos y con su mejor As sobre la manga: el humor paréntesis ( ). La estadística se maneja con una gran responsabilidad y agrega el orégano que casi cualquier salsa necesita. Gracias a esto uno llega a sentir que hasta pondría las manos de Perón sobre el fuego. ¿Ejemplos? Atlético Corrales de Paraguay ganó en 1929 el torneo Intermedia “pero no se lo reconocieron por no tener cancha” (¿A Independiente le reconocerían ¾ de título en un caso similar?). 

Solo a través de Pequeños Gigantes uno puede enterarse que la selección de Isla de Pascua es Rapa Nui y que sus dos primeros partidos fueron contra el archipielago Juan Fernández. También podrá quedarse petrificado con el record de Midland (el mismo que el del Milán de Capello) o imaginarse la increíble historia del tercer clásico (y el único intercontinental?) entre el Fenerbahçe y Galatasaray que incluye: tormenta, faltante de stock de jugadores, emociones, y una victoria histórica que a uno le da ganas de hacer una película ya. ¿Algo más? Claro, son 50 historias, entonces  te anticipamos que un premio Nobel argento andaba bien con la pelota al suelo y le hizo un gol a uno de los 5 grandes (aunque usted no lo crea no es Racing). Y sí, de ahí viene el famoso “Y ya lo ve, y ya lo ve, es el equipo de Houssay”.

Ilustración de Razz (razzmatazz.com.ar)
 perteneciente al libro. 
Otro gran aporte de esta cuadrilla de jóvenes es la manera en que los diálogos son mágicamente recreados, como por ejemplo el de Quique Wolf durante el partido entre Haití y Argentina por el mundial de Alemania 74. El muchacho Wolf recuerda “Me venía a encarar el 9 de ellos, con los brazos extendidos y diciendo  ‘cerebro, cerebro’ (Nota del editor: léase en tono The Walking Dead o si no es tan cipayo en Plaga Zombie style) y yo lo miraba y le decía ‘¿Qué cerebro, el boliche de Bariloche? ”’.

No obstante, no todo es lectura amena y guiño cómplice, también hay momentos para la reflexión acerca de nuestro querido fútbol, sobre todo a la hora de pensar en futuras analogías con casos paradigmáticos como la historia del “otro maracanazo” (el del Santo André contra Flamengo) que nos hará valorar a futuro la importancia de la Copa Argentina (o no necesariamente). 

A su vez,  si la sensibilidad es un activo en su ser, se emocionará inevitablemente con historias de equipos que hasta Huracán o GELP se sentirían Megagigantes. ¿Un defecto? Empezar por Alumni. Para el final les adelantamos que hay un equipo Q, o en realidad QK, El Club Social y Deportivo Quesos Kümey de Chile.”Los galácteos” revolucionaron Twitter y no fue televisado. La moraleja es que la historia no la escriben solamente los vencedores. Los pequeños gigantes estamos al acecho.

Para contactarse con ellos: http://bsmlibros.com.ar/

*Desde este humilde pasquín se pide la vuelta de UPMA para 2013 y que toquen en Obras. 


Por Diegga

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