30/7/08

Buscando (Quedishu? N°4)

Un día más. Camina por las cortas cuadras del centro, con la esperanza de descubrir algo que no tenía muy claro aún. Desde el comienzo de su viaje busca caminos alternativos hacia aquella gigantesca boca, que de alguna manera te traga de un lado y te abandona por otro. Es allí donde la búsqueda comienza, engancharse detrás de alguien, que ese alguien lo sea, o que al menos te lleve al próximo. Oculto en los oscuros ojos transparentes temiendo ser descubierto, avanza en su búsqueda, pispeando resultados, buscando nuevas opciones.

Llega por fin a su primer destino. Sale de su escondite, y encara una marcha decidida hacia esos metálicos brazos repetitivos. Al liberarse de ellos, lo primero es elegir un lado. Por costumbre es la derecha, pero espía la izquierda, sabiendo que tiene la excusa de la revista por si decide cambiar de opinión. Al cabo de una imprecisa espera, frena dejando una brisa por momentos agobiante, por momentos refrescante, pero siempre con el mismo resultado: despeinarlo sin importar cuanto se esconda.

A partir de allí es solo azar. De eso dependerá el camino de la próxima etapa. Un ojo rápido puede decidir la suerte pero no solo eso influye. El horario cuenta y es fundamental. Determinará las posibilidades de hallar allí la respuesta.

Un instante puede decidir una cosa o la otra. Ese día, salió bien.

Fue como pudo, pero adentro al fin. En el medio, sin nada de donde poder aferrarse empezó a moverse. Una posibilidad al costado, la otra estaba atrás, con lo cual la resigno, la dejo para la próxima. La primera, estaba a la derecha, acomodados como quedaron, el arrancar tiró a todos para atrás, previendo esto se afirmo y logro su primero objetivo. El resto lo dejó en manos de la fortuna.
En un instante se acomodó a su lado, tratando de no tocar y por las dudas, que parezca un accidente. Esta vez la suerte no lo ayudó, “a mí y a Chaplin pensó”, y a la primera parada, cambió de vecino. Una parada más, y luego otra, con sólo la esperanza de que en una de ellas apareciera aquello tan ansiado.

Uno a uno fueron pasando, la luz que filtraba en cada arranque y frenada. El calor subía con cada inútil esfuerzo por esquivar cada uno de los chivos que pasaban.
Su turno llegaría.Al llegar, una luz se apago pero otra se encendió. Una nueva esperanza de encontrarlo había aparecido.

Llegó a la línea, se dió la señal de largada. Se acomodó y salio tratando de estar lo más adelante posible, pero sin perder nunca de vista su objetivo, que aún no había aparecido. A lo lejos lo vió y encaró para esa dirección. Se adelantó para poder tener una mejor vista y en el camino pasó por al lado de otros tantos similares, pero eligió seguir adelante con el primero.
No se dio cuenta y rozó a uno cuando se hizo un poco al costado para adelantar a alguien; le paso por la mano sin querer y en ese instante entendió que era lo qué buscaba. Levantó la mirada y giró la cabeza para ver si lo que imaginó en esa milésima de segundo que duró, se acercaba a la realidad deseando con todas las ganas que haya sido lo más parecido a lo que quería.
Fue un instante, alrededor todo seguía pasando.

Dibujo: Nico

Retomó el camino, sin perderlo de vista, continuó la persecución. Enfiló para la escalera, se coló, logró pasar y luego salir. Notó que a penas salían, muy pocos seguían por el mismo camino que el tomaría. Sin importarle prosiguió y alcanzó a divisar su objetivo más adelante, y entonces fue donde precisó apurar el paso. Se puso varios cuerpos detrás pero lo suficientemente cerca para evitar que alguien se interpusiera en el camino y no se separó ni un centímetro más, con tal de no perder el rastro ni la vista. Siguió así durante varias cuadras, con cada paso aumentaban sus posibilidades en un imaginario que solo él podía concebir.

El momento se acercaba y la vereda angosta no ayudaba la situación. Al llegar a la esquina tenía dos que le obstaculizaban la visión, pero de a poco iba llegando al destino y todo concluiría. En un momento empezó a notar que su velocidad disminuía y se alarmó más al ver que no podía hacer lo mismo con la suya. Decidió proseguir, mientras, veía como se detenía y se daba vuelta. Era el lugar de la despedida, pero algo no salió como esperaba, no podía detenerse ahí. Él tenía planeado seguir.

Ya por entrar, siempre con la mirada fija, una vez que lo había encontrado, o al menos eso creía, no iba a perder la oportunidad. Al pasar por al lado, casi tuvo que forzar la vista para mantener hasta el último momento la esperanza, pero todo se diluía. No tuvo otra que seguir adelante. Resignado empujó la puerta y en el reflejo lo vió, se dió vuelta al instante, a la vez que no paraba de caminar, no porque así quería, sino porque estaba obnubilado con su objetivo.
Lo buscó y lo encontró. los rayos se cruzaron, el calor aumentó y el aire se calmó, a tal punto que sintió que auque se esforzara, no iba a poder respirar. Todo se puso gris y no necesitó más que percibir esa calidez que provenía del mismo lugar.

Ese instante fue de revelación, pareció infinito y con la mente en blanco lo primero que entendió fue que al fin, había aparecido y terminado en ese mismo momento. Atinó a abrir la boca, se infló para pronunciar algo, intentó hablar con fuerza para que nada quedara en la duda.
- Adobe - le dijo. Se volvió sobre su camino y soltó la pesada puerta al terminar de pasar.
Encaró para los ascensores, mientras se ponía un auricular y le daba al play. Alegremente arrancó “Buscando un amor”, presionó la flechita que apuntaba para arriba y unas puertas se abrieron. Entró, marcó el piso mientras otros también subían. Uno a uno iban bajando, hasta que le llegó el turno, justo cuando las voces se apagaban. Ya con una ladeada sonrisa por haber hecho lo correcto, salió y al instante algo comenzó a sonar de nuevo. A partir de ahí todo fue como si nunca nada hubiese sucedido o al menos quedaba la esperanza que se repitiera mañana.
Pasó la tarjeta y ese momento en sus oídos todo fue “lunes si, nuevamente”…
Guille

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